¿Dice Santo Tomás que “Todo es movido por otro” y que “Todo es causado por otro”?

Pregunta: “Hola, Dante. Estoy preparando un material de respuesta a la típica pregunta escéptica: ´¿Quién creó a Dios?´. En ese contexto, tengo una duda sobre el pensamiento de Tomás de Aquino. En una de las cinco vías, él dice que todo es causado por otro, ¿no? Frente a ello muchos ateos interpretan que su conclusión refuta esa premisa porque la conclusión es que Dios existe y nadie lo causó. Lo que yo sospecho es que cuando Aquino dice ´Todo es movido por otro´ o ´Todo es causado por otro´ se refiere a cierto conjunto a nuestro alrededor y no a todas las cosas que existen. ¿Es correcto o me equivoco?”.

AM – México

Respuesta de Dante A. Urbina

En efecto, cuando no descartan irracional y prejuiciosamente todo el pensamiento de Aquino diciendo simplemente que es un “pensamiento medieval” (como si la validez de las ideas dependiera de la época de quienes las formulan o expresan), encontramos que una de las críticas más recurrentes sobre las cinco vías tomistas por parte de varios ateos del Internet es que estas son “ridículamente contradictorias”. Así, vemos páginas ateas donde, tomando por ejemplo la segunda vía, se pretende como refutación algo más o menos como lo que sigue: “En su primera premisa Santo Tomás de Aquino dice que todo tiene una causa. Pero luego dice que Dios, la causa primera, no tiene causa. ¿Cómo es esto posible si supuestamente todo tiene una causa? El razonamiento de Aquino cae, pues, en una evidente contradicción”.

Pues bien, pasaré a mostrar que son los ateos que dicen este tipo de cosas quienes muestran una evidente ignorancia. Y para el efecto no es necesario hacer el ejercicio de ponerse a “adivinar” lo que Santo Tomás habría querido decir, sino que para refutar a estos ateos ¡basta simplemente con ir a ver lo que en realidad dijo Santo Tomás de Aquino! Ahora, como se hace referencia tanto al tema del movimiento como el de la causalidad, que corresponde a la primera y segunda vía respectivamente, veamos lo que dicen textualmente las mismas.

Comencemos con la primera vía. Paso a citarla completa: “La primera y más clara (demostración) es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho, nada se mueve a no ser que en cuanto potencia esté orientado a aquello para lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto. Por ejemplo, el fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto. De este modo, la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa esté simultáneamente en potencia y en acto; solo lo puede estar respecto a algo distinto. Por ejemplo, lo que es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y este por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos por el primer motor. Por ejemplo, un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel Primer motor al que nadie mueve. Este es el que todos conocemos como Dios” (1).

Bien, citada completa la primera vía encontramos que… ¡en ninguna parte aparece la frase “Todo es movido por otro” que tanto claman ciertos ateos! Lo único que aparece es la frase “Todo lo que se mueve es movido por otro”. Alguno replicará: “¿Pero acaso no es lo mismo?”. Respuesta: ¡de ningún modo! Hay una diferencia gramaticalmente sutil pero lógicamente abismal entre ambas frases. Si la frase fuera (que no lo es) “Todo es movido por otro”, obviamente habría una contradicción en el razonamiento tomista pues ello no podría conciliarse con la deducción de Dios como “Primer motor inmóvil”, es decir, que no es movido por otro. Pero si la frase es (como en realidad es) “Todo lo que se mueve es movido por otro”, tenemos que no hay contradicción alguna pues Dios, como “Primer motor inmóvil”, no estaría en movimiento (en el sentido aristotélico de “paso de la potencia al acto”) y, por tanto, no requeriría ser movido por otro, de modo que el razonamiento concluye consistente y magistralmente. Respecto a otras críticas (en principio más sofisticadas) que se suelen hacer a la primera vía, se pueden encontrar respuestas directas y detalladas en el correspondiente capítulo de mi libro ¿Dios existe?: El libro que todo creyente deberá (y todo ateo temerá) leer (2), así que no me explayo aquí en ello (no es materia de lo que se ha consultado).

Veamos ahora completa la segunda vía. Cito: “La segunda (demostración) es la que se deduce de la causa eficiente. Y es que encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y esta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia, y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Y esto es lo que conocemos con el nombre de Dios” (2).

Respecto de esta vía la crítica atea en cuestión se basa en que Santo Tomás dice que “Todo es causado por otro” y, por tanto, se contradeciría luego al decir que Dios, como “causa incausada”, no es causado por otro. Pero Santo Tomás no dice que “Todo es causado por otro” sino que simplemente parte de que “encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes”. Ese es un principio sólido y evidente: basta abrir los ojos para ver que hay causas y hay efectos. Ahora bien, en la cosmovisión teísta Dios, al ser trascedente, no pertenece al “mundo sensible” (es decir, el que potencialmente podemos “ver y tocar”), de modo que no requeriría estar sometido a tal esquema causal. Ergo, tampoco aquí hay contradicción alguna.

Por tanto, como se ha visto, y para vergüenza de todo desinformado y atolondrado que habla con tremenda seguridad desde su tremenda ignorancia, ¡en absolutamente ninguna parte de las cinco vías aparece la frase “Todo es movido por otro” ni la frase “Todo es causado por otro”! Pero resulta que son varios los ateos que, al criticar las cinco vías, aducen que ello sí está, cuando en realidad no está. Es decir, a la vez que se presentan como hombres que se ciñen exclusivamente a las evidencias para hacer afirmaciones ¡pasan a hacer esta afirmación sin haber verificado en absoluto la evidencia! Y aquí no hay disculpa pues no estamos en la época de las cavernas. ¡Estamos en la era del Internet! Así, encontrar el texto de las cinco vías en la Suma Teológica no es nada complicado. Al contrario, es muy fácil (por ejemplo, se puede acceder a la versión web de la Suma aquí: http://hjg.com.ar/sumat/). Por consiguiente, en vista de que hay ateos que atribuyen con toda seguridad ese tipo de frases a las cinco vías haciéndolas ver como burdamente contradictorias cuando no es así, puede decirse que ello se debe a la deshonestidad o a la ignorancia. Confío en que quienes no son deshonestos y simplemente estaban ignorantes respecto de esta información, cambien su parecer sobre este punto. Y es que de vez en cuando la evidencia debe vencer al prejuicio, ¿verdad?

Referencias:

1. Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, Ia, q. 2, art. 3, rpta.

2. Dante A. Urbina, ¿Dios existe?: El libro que todo creyente deberá (y todo ateo temerá) leer, Ed. CreateSpace, Charleston, 2016, Part. II, cap. 1. (http://danteaurbina.com/dios-existe-el-libro-que-todo-creyente-debera-y-todo-ateo-temera-leer/)

3. Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, Ia, q. 2, art. 3, rpta

Dante A. Urbina

Dante A. Urbina

Autor, conferencista y docente especializado en temas de economía, filosofía y teología. Seleccionado entre los mejores jóvenes investigadores del mundo para participar en la Reunión de Premios Nobel de Economía en Lindau (Alemania). Todos sus libros han estado en entre los más vendidos de su categoría en Amazon.
Dante A. Urbina

Dante A. Urbina

Autor, conferencista y docente especializado en temas de economía, filosofía y teología. Seleccionado entre los mejores jóvenes investigadores del mundo para participar en la Reunión de Premios Nobel de Economía en Lindau (Alemania). Todos sus libros han estado en entre los más vendidos de su categoría en Amazon.