El día 4 de diciembre del 2015 participé como ponente teísta en el conversatorio “¿Apunta la física hacia la existencia de Dios?” (ver video en: http://www.youtube.com/watch?v=Q1RDmubUPTw) organizado por estudiantes de la Escuela de Filosofía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el que también integraron el físico Luis del Castillo (posición atea) y el filósofo Humberto Quispe (posición agnóstica), ambos de amplia trayectoria docente en la principal universidad pública del Perú. Lo interesante, significativo y hasta singular del evento fue que cada uno de los ponentes tuvo que responder desde su propia perspectiva a las mismas preguntas formuladas con anticipación (el ya conocerlas preveía respuestas más sólidas y elaboradas evitando improvisaciones) por los organizadores por lo que el mismo resultó muy ilustrativo y aleccionador respecto de la consistencia (o falta de consistencia) de cada una de la visiones frente a relevantes cuestiones filosófico-científicas.
Pues bien, dado que, por el formato ya explicado del conversatorio, la interacción entre los ponentes no debía ser directa sino más bien indirecta, no resultaba pertinente que en ese contexto responda de modo frontal punto por punto a todas las afirmaciones de los otros ponentes sino que debía centrarme en dar mis propias respuestas (aunque cualquiera que analice el video podrá evidenciar que en base a las que di se puede inferir claramente la refutación a los principales puntos de los otros ponentes en lo que correspondía). Sin embargo, existe un argumento concreto que, en consideración a que quienes me invitaron son precisamente estudiantes de filosofía, sí quisiera refutar con más detalle, a saber: el llamado “principio materialista para demostrar la inexistencia de Dios”. Este argumento, esgrimido por el profesor Luis del Castillo no solo en el conversatorio sino también en varios otros eventos -incluido su debate sobre la existencia del Dios cristiano contra el Dr. Donald Smith, rector de la Universidad Seminario Evangélico de Lima (1)-, es representativo del ateísmo marxista y, según la presentación que se hizo del mismo, se podría estructurar sucintamente como sigue:
1. Todo objeto o proceso solo puede existir como parte del continuo materia-espacio-tiempo (infraestructura) o como una idea-proyección de la mente (superestructura), no hay otra posibilidad.
2. Si Dios existe, o es parte de la infraestructura o de la superestructura.
3. Pero Dios no puede pertenecer a la infraestructura por cuanto no admite la caracterización como ser físico o material.
4. Por tanto, Dios debe pertenecer a la superestructura de modo que no existe como ser de la realidad sino únicamente como una idea-proyección de la mente, es decir, como un ser puramente imaginario.
5. Luego, Dios no existe como ser real.
Para quien tenga poco training en filosofía y lógica (o quiera encontrar a como dé lugar justificación para el ateísmo), el argumento puede parecer contundente. Pero en realidad es muy deficiente por una sencilla razón: porque descansa en su totalidad en una gigantesca falacia de petición de principio. En efecto, este “argumento” no prueba nada porque ya en su primera premisa presupone la conclusión que pretende artificiosamente “demostrar”. ¿Cómo así? Simple: al asumir, echando mano de la singular dicotomía marxista infraestructura-superestructura, que todo ser que no sea material solo puede reducirse a una mera idea de la mente ¡el argumento ya está suponiendo de principio que no puede existir un ser como Dios! El ateo no puede presuponer simple y llanamente que todo lo que no sea material resulta puramente imaginario ya que ¡eso es precisamente lo que tiene que demostrar! Sin embargo, no se provee en el “argumento” ni la más mínima justificación al respecto…
Precisamente es lo anterior lo que hace que caiga en otra grandísima falacia: la falacia de falso dilema. Esta trampa lógica se da cuando se nos pretende encerrar en solo dos opciones como las únicas posibles cuando en realidad existen más. Ahora, ¿hay alguna opción coherente de existencia además de solo ser un ente material (infraestructura) o una mera idea (superestructura)? Por supuesto que sí: la posibilidad de existir como un ser inmaterial independiente de la mente o, en otras palabras, como un espíritu real. Esa es una opción lógicamente posible y, por tanto, el ateo no puede descartarla sin más. La vía coherente sería refutar de modo directo esa posibilidad y descartarla a posteriori (“luego de”); pero el que un ateo la descarte a priori (“antes de”) sin siquiera refutar nada solo es muestra de que se guía no por la razón sino por un pre-juicio en contra de lo sobrenatural o metafísico. Es más, al descartar desde la primera premisa y sin mayor justificación la posibilidad de un ser espiritual real ya se está eliminado de plano como posibilidad de existencia ¡aquella que los teístas siempre hemos aplicado a Dios! Por esa razón, como respuesta indirecta pero clara a lo manifestado por el profesor dije en el conversatorio: “¿Y cuál es la conceptualización, cuál es el concepto que plantea el teísmo? (…) El teísmo clásico no plantea que Dios sea un ser material o que se identifique con la materia en su conjunto (eso sería panteísmo), ni tampoco plantea que sea una mera idea de la mente sin más; sino que plantea que es una realidad espiritual trascendente y previa a la materialidad. Cualquier argumento que no tome en cuenta esa conceptualización desde el teísmo clásico, no refutaría el teísmo clásico, que es el que estoy defendiendo” (2). Así que queda demostrado que en el fondo, el argumento esgrimido termina siendo uno del tipo: “Dado que el teísmo es falso, por lo tanto el teísmo es falso”.
Para que hasta el ateo “más duro” se percate de que el llamado “principio materialista para demostrar la inexistencia de Dios” es absolutamente inválido por caer en dos groseras falacias, aplicaré el método de reducción al absurdo reproduciéndolo con exactamente la misma estructura, pero en “términos creyentes”. Así pues, prepárense para mi “temible” principio creacionista para demostrar la existencia de Dios:
1. Todo objeto o proceso solo puede existir como parte de la creación o como el Creador, no hay otra posibilidad.
2. Si Dios existe, solo puede pertenecer a la categoría de creación o de Creador.
3. Pero Dios no puede pertenecer a la creación por cuanto no admite la caracterización como ser creado.
4. Por tanto, Dios debe pertenecer a la categoría de Creador, lo cual es coherente e implica que Él existe.
5. Luego, Dios existe como ser real.
Un ateo que escuche tal tipo de argumento inmediatamente saltará y gritará: “¡Falacia! Primero, falacia de petición de principio porque la dicotomía creación-Creador ya presupone que el teísmo es verdad desde la primera premisa; y, segundo, falacia de falso dilema porque todavía existe una tercera posibilidad coherente con la que no se ha interactuado: que las cosas existan sin ser creadas, como es que siempre hemos sostenido los ateos”. Bien, aplausos señor ateo, ha sabido usted encontrar correctamente las falacias en ese “razonamiento” creacionista. ¡Pero esas son precisamente las que comete el llamado “principio materialista para demostrar la inexistencia de Dios” (su dicotomía infraestructura-superestructura parte de un materialismo ateo que ya de inicio descarta el teísmo e ignora de plano cualquier posibilidad de un ser inmaterial real)! Ergo, acabamos de crear una trampa lógica para el ateo: si afirma (correctamente) la invalidez del “argumento creacionista” está obligado a proclamar también la del “argumento materialista” o a evidenciarse como un deshonesto intelectual. ¿Cuántos ingenuos (o deshonestos) caerán en la trampa?
Así, pues, este “argumento” ateo ha sido “asesinado por su propia espada”. Y es que en ciencia y filosofía no basta simplemente con pensar sino que ¡hay que saber pensar!
Referencias:
1. Donald Smith vs. Luis del Castillo, “Debate sobre la existencia del Dios cristiano”, Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima – Perú), 29 de mayo del 2014.
2. Dante A. Urbina, “¿Apunta la física hacia la existencia de Dios?”, conversatorio con Luis del Castillo (ateo) y Humberto Quispe (agnóstico), Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima – Perú), 4 de diciembre del 2015, respuesta a 1era pregunta.