¿Invalidan las leyes de la física la quinta vía tomista?

Pregunta

“Estimado Dante, estaba revisando un video sobre la ciencia y la muerte de Dios, y me gustaría saber cómo responderías a una crítica que le hace a la quinta vía tomista. Literalmente dice lo siguiente: ´Este argumento sucumbió en el siglo XVII con las leyes de Newton, que explicaban perfectamente el comportamiento de los cuerpos materiales en términos de inercia y fuerza´. Para mí, la objeción no se aplica, pues la vía no parte del hecho de que no se pueda explicar el comportamiento de dichos cuerpos en base a causas naturales, sino a que para explicar su tendencia a un fin es necesario postular una Inteligencia que los dirija. Aún más, el hecho de que su comportamiento siga unas leyes iría a corroborar la premisa del argumento: que estos cuerpos no se mueven ´al acaso, sino intencionadamente´. También me chirría el hecho de que el nuevo método científico prescinde directamente de la causa final, pero de esta decisión metodológica no puede seguirse que la causa final no exista. De todos modos, me gustaría saber cómo lo pondrías tú. ¡Un saludo!”.

EG – España

Respuesta de Dante A. Urbina

Genial. Me facilitas el trabajo pues es claro que tienes un buen manejo del marco aristotélico-tomista y, en consecuencia, te das fácilmente cuenta de que la objeción no aplica. Para poner claramente el contexto, cito a continuación el texto de quinta vía: “La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas. (…) La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Y este es al que llamamos Dios” (1).

Dado esto, estoy de acuerdo con las tres líneas de réplica que planteas: 1) La vía no se basa en excluir causas naturales operando, sino en explicar que incluso estas requerirían de una “causa final” que las dirija hacia un fin; 2) la existencia de leyes y regularidades en el mundo físico en lugar de contradecir la vía sería evidencia de la veracidad de su punto de partida (el orden de las cosas); 3) de la exclusión metodológica que hace de la “causa final” (Dios) la ciencia moderna para concentrarse en causas a nivel instrumental no se sigue que la causa final no exista; en otras palabras, del naturalismo metodológico no se sigue el naturalismo ontológico.

Pero para mostrar todo esto con más contundencia vayamos al caso concreto de las leyes de Newton. En primera instancia, llama la atención que se pretenda usar las leyes de Newton como implicando el excluir a Dios cuando el propio Newton no solo no hizo tal inferencia ¡sino que hizo la contraria! En efecto, escribe él en sus Principia: “Este bellísimo sistema del sol, los planetas y los cometas, solo podría proceder del consejo y dominio de un Ser Inteligente. (…) Este Ser gobierna todas las cosas, no como el alma del mundo sino como Señor sobre todo; y por causa de su dominio debe ser llamado Señor Dios o Legislador Universal” (2). O sea, viene alguien a decir que las leyes de Newton contradicen la quinta vía ¡y resulta que Newton prácticamente reitera la quinta vía con base en sus descubrimientos físicos! Así que se ve claro que no es la ciencia la que excluye a Dios sino la errada interpretación filosófica que algunos anti-teístas hacen de la ciencia.

Es más, resulta que los avances de la física en las últimas décadas apuntan a que la gravedad misma (punto clave de la mecánica newtoniana) exhibe un “ajuste fino” tal para la existencia de vida inteligente e interactiva como la nuestra que lo más razonable es pensar que fue ajustada por una Inteligencia. Efectivamente, como notan los astrofísicos Geraint Lewis y Luke Barnes en su libro Un Universo Afortunado (3), publicado por nada menos que la Universidad de Cambridge, la relación entre la fuerza de gravedad y la fuerza electromagnética parece estar finamente ajustada para la vida. Así, por ejemplo, Bernard Carr y Martin Rees, en un artículo publicado en la revista Nature (es decir, la revista científica más importante del mundo), señalan que si la fuerza de gravedad hubiese sido ligeramente más débil (o la electromagnética ligeramente más fuerte) las principales estrellas habrían sido mucho más frías y no habrían explotado en supernovas, que son la principal fuente de elementos pesados (4). De otro lado, con base en un artículo publicado en el Journal of Cosmology and Astroparticle Physics (5), tenemos que si la fuerza de gravedad hubiese sido ligeramente más fuerte las estrellas se habrían formado a partir de menor cantidad de materia, de modo que serían mucho más pequeñas y tendrían un menor periodo de vida, lo cual, obviamente, afectaría las posibilidades de proliferación de formas de vida en ellas.

Ahora bien, si yo viese un vaso de agua exactamente equilibrado sobre la punta de un lápiz tal que si se moviera ligeramente a un lado o al otro, se caería, tendría que ser un necio para sostener que eso se habría dado al azar. Es más razonable pensar que hubo alguien que, de forma intencionada, lo puso así. Y, bueno, yo prefiero ser un hombre razonable y no un necio…

Referencias:

1. Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, Ia, q. 2, art. 3, rpta.

2. Isaac Newton, Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, London, 1687, Lib. III.

3. Geraint Lewis and Luke Barnes, A Fortunate Universe: Life in a Finely Tuned Cosmos, Cambridge University Press, Cambridge, 2016, chap. 4.

4. Bernard Carr and Martin Rees, “The anthropic principle and the structure of the physical world”, Nature, vol. 278, 1979, pp. 605-612.

5. Fred Adams, “Stars in other universes: Stellar structure with different fundamental constants”, Journal of Cosmology and Astroparticle Physics, n° 8, 2008.

Dante A. Urbina

Dante A. Urbina

Autor, conferencista y docente especializado en temas de economía, filosofía y teología. Seleccionado entre los mejores jóvenes investigadores del mundo para participar en la Reunión de Premios Nobel de Economía en Lindau (Alemania). Todos sus libros han estado en entre los más vendidos de su categoría en Amazon.
Dante A. Urbina

Dante A. Urbina

Autor, conferencista y docente especializado en temas de economía, filosofía y teología. Seleccionado entre los mejores jóvenes investigadores del mundo para participar en la Reunión de Premios Nobel de Economía en Lindau (Alemania). Todos sus libros han estado en entre los más vendidos de su categoría en Amazon.